En un caso por responsabilidad de producto, el demandante argumenta que el fabricante de cierto producto es responsable por alguna lesión personal o daño a propiedad como resultado de un defecto en el producto o por las tergiversaciones del fabricante acerca del producto.

El acusado en dichos casos intentaría probar que el argumento del acusado es falso y que no debería ser considerado responsable debido a que su producto no es defectuoso y no han tergiversado acerca de el, o que la lesión fue causada por la propia culpa del demandante al usar el producto.

Leyes de Agravio y Contrato

La ley por responsabilidad de producto es un conjunto compuesto por leyes híbridas relacionadas a agravios y contratos. Las leyes relacionadas a agravios incluyen negligencia, responsabilidad estricta y engaño; mientras que las relacionadas a contrato son mayoritariamente aquellas que gobiernan las garantías.

Debido a la amplia cobertura de las leyes de responsabilidad por producto, un demandante podría tramitar un caso en base a negligencia, quebrantamiento de garantía expresa, quebrantamiento de garantía implícita de aptitud, o fraude.

Una Breve Historia

Las cortes inglesas seguían la doctrina de caveat emptor o “dejar que el comprador tenga cuidado”. En caveat emptor, se supone que un comprador debe protegerse a sí mismo de cualquier defecto en un producto, ya sea de conocimiento público o desconocido, y no podría considerar al fabricante responsable por ningún daño o lesión causado por el producto. Pero al paso de los años, las cortes Inglesas han dictaminado que un vendedor implícitamente garantice que su producto no tiene defecto oculto.

Durante la mayor parte del siglo XIX, las cortes norteamericanas aún usaban la doctrina de caveat emptor. En la última parte de los 1800s la regla de garantía implícita fue impuesta por las cortes de los Estados Unidos, pero sólo si el demandante tiene un contrato con el fabricante. Sin embargo, cuando los fabricantes canalizaron sus productos mediante distribuidores y minoristas, la mayoría de los usuarios finales no tenían más ningún contacto directo con los fabricantes, y por tanto los clientes no eran capaces de recuperarse de los fabricantes.

A la mitad del siglo XX se dio inicio a los casos por responsabilidad de producto modernos en donde usuarios finales fueron permitidos de recuperarse de fabricantes por productos defectuosos, incluso si el producto fue comprado de un minorista. Se incluyeron reglas relacionadas a responsabilidad de producto por parte del Instituto Americano de Leyes  (ALI) en la Reformulación (Segunda) De Agravios. Desde entonces las leyes de responsabilidad de producto se han desarrollado y evolucionado y ALI reconoció este desarrollo aprobando la Reformulación (Tercera) De Agravios: Responsabilidad de Producto, en 1998