La mayoría de los reclamos por lesiones corporales llegan a un acuerdo antes de tramitarse una demanda, y las discusiones iniciales de acuerdo serán con un representante de reclamos del seguro. Pero cuando las lesiones son lo suficientemente costosas y el asegurador del malhechor no coopera, es mejor emplear los servicios de un abogado competente en lesiones personales para representar al reclamante.
La identidad del representante de reclamos es ordinariamente divulgada cuando el abogado contacta por primera vez con el asegurador para avisar de la intención del demandante de buscar un reclamo en contra del asegurado. A menos que y hasta que se tramite una demanda, ésta es la persona a la cual el demandante usualmente estará dirigiendo todas las comunicaciones respecto al acuerdo del reclamo.
Cuando reclame por un seguro, hay documentos que el representante de reclamos necesita a fin de evaluar el reclamo, tales como:
- Todas las facturas médicas relativas a las lesiones en cuestión.
- Todos los reportes médicos de los médicos que trataron al reclamante, mostrando diagnósticos, tratamiento y pronósticos respecto a las lesiones en cuestión.
- Verificación del patrón de ingresos perdidos, prestaciones extraoficiales, y otras pérdidas económicas sufridas debido a la ausencia de empleo.
- Cuentas de daños a propiedad o estimaciones de reparación. (Incluso si las reparaciones a la propiedad fueron pagadas por el propio asegurador del reclamante—es decir, no cobrables del acusado-asegurado—las facturas de reparaciones son evidencia relevante de la severidad del impacto.)
Éstos documentos deben ser revisados por un abogado competente para asegurarse que de ningún modo dañan el caso del reclamante.
Las negociaciones podrían ser manejadas con o sin un abogado. Pero es más recomendable trabajar con un abogado que sea experto en casos de lesiones personales, y un experto negociador de igual manera, para ayudar al reclamante a atravesar el proceso de lidiar con los reclamos al seguro.